El mal de altura es una enfermedad que no debe ser subestimada cuando se viaja a áreas por encima de los 2500 metros sobre el nivel del mar (s. n. m.). Esto no se restringe a la planificación de una excursión en las montañas, este mal afecta a las personas que viajan a lugares que están localizados a ese nivel o más, por ejemplo, Cusco, Puno, Junín y Pasco.
La razón de esta indisposición a niveles por encima de los 2500 m s. n. m. se debe a que la cantidad de oxígeno es menor y la presión más baja, lo que puede ocasionar la fuga del fluido de los vasos capilares y su acumulación en los pulmones y el cerebro. Por lo general, ocurre dentro de las 24 horas después de llegar a una altura mayor de la mencionada, y se da antes cuando el viajero accede más rápido a terrenos más elevados.
Los síntomas del mal de altura los padecen casi el 25 % de las personas que viajan a lugares por encima de los 2500 m s. n. m. y el 75 % que viaja por encima de los 4500 m s. n. m. Algunos de los síntomas incluyen:
- Mareos y dolores de cabeza
- Fatiga
- Trastornos del sueño
- Indigestión, pérdida de apetito o vómitos
- Náuseas
- Hinchazón de la cara, de brazos y piernas
- Diarrea
En caso de planear un viaje de altura, vale la pena dedicar un tiempo para aclimatarse. Normalmente lleva de dos a cuatro días, durante los cuales los síntomas desaparecen gradualmente.
Las formas más peligrosas del mal de altura incluyen:
Edema pulmonar de altitud (EPA): el aumento de la cantidad de líquido en los pulmones que dificulta la respiración y puede incluso causar la muerte. Entre los síntomas tenemos: dolor de cabeza, fatiga, tos, falta de aire, cansancio, dolor de pecho, funcionamiento anormal de los intestinos y de la vejiga, problemas de visión, deterioro de la coordinación y trastornos mentales (caminar en zigzag).
Edema cerebral de altitud (ECA): se produce cuando la fuga del líquido del cerebro provoca una inflamación que afecta al sistema nervioso central. Los síntomas son: dolor de cabeza, paso tambaleante, fatiga severa, somnolencia, alucinaciones, procesos mentales alterados, dificultades del habla, ceguera, vómitos, parálisis de las extremidades y pérdida de la memoria.
Si experimentas cualquiera de estos síntomas o si empeoran, detén la excursión y desciende hasta una altura em la que los síntomas desaparezcan.
Prevención de la enfermedad del mal de altura:
- No levantarse hasta que los síntomas pasen.
- Si los síntomas no cesan pasados dos días, se debe consultar a un médico.
- Comer alimentos ricos en hidratos de carbono, evitar los alimentos grasos; el mate de coca es esencial.
- No realizar esfuerzos uno o dos días antes de la excursión a las montañas.
- Evitar el alcohol, el tabaco, el té, el café y los sedantes.